Me despierto y al asomarme por la ventana contemplo que hoy hace un espléndido día, atípicamente soleado y cálido para las fechas en que nos encontramos. Pienso, buen día para ir a lavar el coche, y presto desayuno, me aseo y aprehendo las llaves de mi coche y lo dejo resplandeciente.
Una vez finalizada esta primera tarea me digo, "oye Javi, ¿qué te parece si nos damos un paseo por la playa?", y efectivamente, me voy directo camino de Port Ginesta, para aparcar mi vehículo y pasear relajadamente por el paseo marítimo. Ete aquí la sorpresa mayúscula al comprobar atónito que no había prácticamente sitio para aparcar, pues, no en vano, tomando prestada la famosa frase utilizada por la pareja cómica "El dúo sacapuntas": "la playa estaba abarrota..."
Después de conseguir una plaza de aparcamiento he disfrutado de un tranquilo paseo donde he podido admirar multitud de cometas (ciertamente la mayoría de ellas demostraban de una gran habilidad en el manejo por parte de sus amos), perros correteando a la orilla del mar, parejas sentadas en los bancos disfrutando de una agradable lectura y muchísimos niños montando en bicicleta o patines.
Es agradable poder disfrutar del mar, escuchar su rumor, ver como el mar deslumbra con el reflejo del astro rey, ese inequívoco olor a sal... En definitiva, esta mañana he disfrutado de un atípico domingo de invierno veraniego.
domingo, 22 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El verdadero placer está en las cosas pequeñas, bien es cierto...
ResponderEliminarSaludos desde Irlhadia!